La Boda de los pequeños burgueses
26/12/2008Solo espuma
03/03/2013Las criadas
De Jean Genet
Con Las criadas vuelven a su teatro más puro de exploración y experimentación. Los tres profetas, Juan Ramón Pérez, Fernando Navas y Carmelo Alcántara se encerrarán en su espacio de creación con el artísta y colaborador Carlos Ramos en la busqueda del espacio sonoro y lumínico, a recrear el mundo simbólico y expresivo de Jean Genet en un lectura clara y definida para hacer llegar a los espectadores uno de los textos fundamentales del siglo XX.
La historia en la que se inspira parte de un hecho real: el asesinato de una dama burguesa llevado a cabo por sus propias criadas, las hermanas Papin. El crimen conmovió al mundo por su brutalidad y aparente falta de motivo; las criadas se autoinculparon, se negaron a ser defendidas y fueron condenadas a treinta años de prisión. Genet parte de este suceso para componer su obra, que fue estrenada en París el 19 de abril de 1947.
La obra, en definitiva, nos lleva al abismo, a los infiernos por los recursos del arte y constatar que este abismo de tribulación y de odio está poblado por hermanos nuestros. El odio y la voluntad de destrucción que experimentan muchos contemporáneos nuestros, ¿no estará provocado muchas veces por nuestra injusticia consentida, por nuestra falta de amor y de entrega a los más desamparados?
La obra es una representación dentro de la representación, pero tiene también algo de ceremonia macabra. Las dos criadas expresan su odio a la señora y su odio mutuo con toda la intensidad de su mutuo amor frustrado. Cuando la señora de la casa está ausente, una de las criadas se pone sus vestidos e imita sus gestos de autoridad y dominio sobre la otra sirvienta, que unas veces la adula y otras la escarnece hasta quererla matar. La continua y recíproca mutación de papeles aumenta el formalismo alegórico de la obra y, en consecuencia, crece también en el espectador la impresión de que este juego ritual está desprovisto de realidad. Se trata de un relación perversa de atracción y repulsión: la vida humana aparece entonces como una siniestra sombra gesticulante.